Un elemento clave para poder entender nuestra historia
Las posesiones y las casas señoriales son un elemento clave para poder entender la historia y cultura de Mallorca. Gracias a ellas, podemos entender cómo se estructuraba la sociedad antiguamente y cuál era su poder social y político.
Las posesiones son construcciones que se convirtieron en núcleos rurales, ya que en ellas se realizaban todos los trabajos agrícolas y ganaderos de la zona. En ellas, se puede encontrar zonas amplias de vivienda y otras dependencias para la explotación agrícola (bodega, molino, vaquerías, sesteaderos, etc. ). En Mallorca llegaron a existir más de 1300 posesiones repartidas por toda la isla según el mapa del Cardenal Despuig del 1785.
Muchas posesiones tienen su origen mucho antes de la conquista de Mallorca (1229). De hecho, se pueden encontrar yacimientos prehistóricos y romanos en algunas de ellas, los cuales nos demuestran que ya eran espacios estratégicos muchos siglos antes. También, durante el periodo islámico (902-1229) encontramos la creación de las alquerías que se convertirán muchas de ellas en posesiones. Así pues, los propietarios originarios de las posesiones fueron los caballeros y nobles que participaron en la conquista de Mallorca en 1229 con el rey de la Corona de Aragón, Jaume I. De este modo, en la mayoría de los casos, los antiguos nombres de las alquerías árabes fueron sustituidos por los nombres y apellidos de sus nuevos propietarios.
La estructuración social de las posesiones
Las posesiones han cumplido una función básica en la evolución de la sociedad a lo largo de la historia hasta la actualidad. De hecho, muchas de las personas más mayores del pueblo han trabajado en alguna ocasión a alguna posesión. Por lo tanto, no se puede entender la historia ni la forma de ser de la gente, sin conocer el funcionamiento de las posesiones.
Debido al volumen de trabajo, las posesiones fueron intensivas en mano de obra. Debido a este hecho, se necesitaba a muchas personas para poder trabajar. El «señor» era el propietario de la posesión. Este vivía en Palma y delegaba la gestión de su propiedad y de sus recursos a otra persona, llamada «amo, amitger o mayoral» según el tipo de contrato establecido. Estos a su vez, contrataban a otros trabajadores provenientes del pequeño campesinado para llevar a cabo las tareas del día a día (missatges, jornaleros y roters). Sin duda, las posesiones fue un claro reflejo de la estructuración social del antiguo Régimen.
Con el paso del tiempo debido a las particiones en las herencias o por las necesidades económicas de los propietarios, las posesiones se fueron segregando. Gracias a este hecho, la burguesía y los campesinos más acomodados fueron adquiriendo tierras, aumentado su estatus social y construyendo casas señoriales en el pueblo. Actualmente, muchas posesiones han sido restauradas y debido al aumento del turismo rural, muchas se han convertido en restaurantes, agroturismos, centros culturales o museos. Son un ejemplo en Santa Margalida: Son Doblons, Son Real, Sa Capella, Sa Boleda, Santa Eulàlia y s’Alqueria. Así pues, visitar o alojarse en una posesión es la mejor forma de desconectar y sentirse parte del entorno. Son un lugar perfecto para apagar el móvil y dejar el estrés del día a día.
Posesiones
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Casas señoriales
Casa de principios del siglo XX, situada muy cerca de la plaza. Fue la casa natal del bajo cantante e hijo ilustre Joan Ordines Tous. A diferencia de otras casas señoriales, tiene sólo planta baja y piso, y hay que destacar el juego entre las ventanas de la planta noble y los dos balcones curvilíneos centrales, todas coronadas por prominentes cornisas.
Es obra del arquitecto Guillem Forteza y fué construida entre 1924 y 1927. Se trata de un edificio de planta rectangular, con dos plantas coronadas por una ancha cornisa con envigado de madera. El conjunto estaba rodeado de una pequeña zona ajardinada y un patio trasero para los alumnos. Cumplió la función de escuela hasta el año 2003. Posteriormente el edificio fue reformado y actualmente es la sede del Casal de Cultura Joan Mascaró i Fornés donde se emplaza una biblioteca municipal, el archivo histórico municipal, sala de exposiciones y un auditorio de nueva construcción.
Casa senyorial de principios del siglo XX, construido por orden de Juan March Estelrich, padre de Juan March Ordinas, y una de las personas más acomodadas de Santa Margalida. La casa presenta unas trazas que parece que habrían inspirado en las del palacio del Conde de Formiguera, derribado en (1922). Como el antiguo palacio, se accede a través de una escalera y una terraza que conducen a un portal de arco redondo, decorado con acolchados, como el resto de los vanos de la casa. En la zona posterior de la edificación se abre un gran jardín visible desde la carretera que juega con el desnivel del terreno con escaleras y terrazas.
Casa señorial de principios del siglo XX ubicado en las proximidades de la plaza y que sigue las pautas típicas de las construcciones urbanas mallorquinas (planta baja, planta nobe y altillo). Fue el presente de bodas (1903) de Juan March Estelrich –en Verga vell– a su hijo Juan March Ordinas –en Verga jove–. Es uno de los ejemplos más sencillos de las casas señoriales de pueblo. Contrasta con la riqueza ornamental y mobiliaria del interior.
Casa señorial de principios del siglo XX, con planta baja, planta noble y buhardilla. Se caracteriza por la total simetría de los huecos tanto en sentido vertical como en horizontal. Destacan las decoraciones de acolchado en la planta baja, las ventanas con molduras y una prominente cornisa. Este edificio fue consulta del practicante Juan Llambias, conocido como «Camisa», de ahí su nombre.
Esta casa de principios del siglo XX se encuentra situado junto a la fábrica de licores de Can Fuster. Es la única muestra conservada de la arquitectura fabril tradicional en Santa Margalida, ya en funcionamiento en 1911. El casal es la única edificación del pueblo de influencias modernistas, apreciables sobre todo en las chimeneas, en la decoración cerámica de los exteriores orientados hacia el jardín y en la misma disposición de estos. Presenta sótano, planta baja ligeramente elevada y piso, y tiene una estructura a cuatro aguas, que la diferencian del resto de viviendas del pueblo de esta época.
Casal de grandes dimensiones ubicado en la plaza del pueblo. Como la mayoría de las casas señoriales tiene tres plantas: planta baja, planta noble y buhardilla. Se trata de un edificio de estilo clasicista, con una fachada parcialmente modificada por reformas posteriores. Destaca el tratamiento de la cornisa, que se repite sobre las ventanas de la planta noble y que le confiere, junto con la simetría y la predominancia de las líneas rectas, este marcado aire clasicista.
Se trata de una gran casa de señores de principios del siglo XX, sede de la posada al pueblo de la posesión de Sa Boleda. El casal tiene la típica estructura de planta baja, planta noble y buhardilla. Fue diseñado originalmente con características historicistas basándose en los palacios barrocos: combinación de huecos con arco de medio punto y adintelados, presencia de frontones curvilíneos sobre las ventanas, elaboradas ménsulas abajo del balcón y columnas de las ventanas de la buhardilla.
Esta casa data aproximadamente en el siglo XVI. Es la única muestra completa que queda en el pueblo de una casa de payeses acomodados anterior al siglo XIX. Es una de las pocas casas señoriales que sobrevivió a los planes de alineación iniciados entorno en 1870. Fue sede de la farmacia de don Pere Santandreu, conocido popularmente como el farmacéutico Pedro, de ahí su nombre de «s’Apotecaria Vella» (en castellano, «la botica vieja»).
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